Los niños con discapacidades físicas o mentales lo pasan muy mal en Uganda. A menudo son excluidos y ocultados de la sociedad. Y aunque en la actualidad se están realizando esfuerzos para promover la inclusión, siguen faltando apoyos y recursos adecuados para los niños con necesidades especiales y sus familias, especialmente sus madres.
Por eso, algunas madres de Kampala, la capital de Uganda, se reunieron, alquilaron una casa y crearon en ella su propia guardería para niños con discapacidades físicas o mentales.
Junto con Malteser International, la Fundación de Ayuda a la Infancia Regine Sixt apoyó este proyecto y financió equipos médicos y medicamentos que se necesitaban con urgencia. Además, se podrían organizar y financiar fisioterapias para los niños, así como transportes especiales para los pequeños al colegio o a los médicos. Originalmente, las instalaciones estaban pensadas para 15 niños, pero entretanto se atienden aquí más de 30 niños.