En Alemania, los niños con un estatus de apoyo incrementado reciben prestaciones de ayuda a la integración, que deben ser solicitadas. Estas solicitudes suelen ser rechazadas para los niños refugiados, y las instituciones como el Kinderhaus St. Bartholomäus dependen de las ayudas para poder financiar las medidas terapéuticas.
La lengua desempeña un papel importante en la integración de los niños. Los niños refugiados no sólo tienen dificultades para aprender la lengua extranjera, sino también para hablar su propia lengua. A menudo están traumatizados y les resulta difícil procesar lo que han vivido. Sin embargo, para que puedan tener una buena trayectoria escolar y, posteriormente, una entrada más fácil en la vida profesional, la Fundación de Ayuda a la Infancia Regine Sixt ha hecho posible un apoyo terapéutico tanto para los niños afectados como para los educadores. Los niños reciben medidas específicas a través de un plan de proyecto específico y los cuidadores aprenden de los terapeutas juegos específicos y medidas de integración para involucrar a todo el grupo de la guardería. De este modo, los niños refugiados aprenden más rápido el idioma junto con los demás niños y se integran más rápidamente.
La Casa de los Niños de San Bartolomé puede informar de que en los últimos años se han formado con éxito amistades entre niños refugiados y niños alemanes que aún continúan. La integración suele ser intergeneracional y los padres de los niños también comparten una amistad. Algunos informan positivamente sobre la ampliación de los horizontes culturales y están contentos de que sus hijos formen parte del programa de apoyo.