Cuando Alexander Sixt, miembro de la junta directiva de la Fundación Regine Sixt Children's Aid, leyó el periódico en la mesa de desayuno un domingo por la mañana, él un artículo particularmente conmovedor. La atención se centró en los efectos devastadores de la crisis anglófona en Camerún, que está afectando a muchas personas, especialmente a los niños. Esta crisis se considera una crisis olvidada y era su preocupación personal ofrecer ayuda en esta área y no olvidar a los afectados.

Este proyecto surgió de su iniciativa, en la que financiamos la construcción de una casa segura para niños afectados por el conflicto en Bamenda, en el noroeste de Camerún, junto con Malteser International. El objetivo de la casa es proporcionar un refugio seguro a los refugiados y a los niños económicamente desfavorecidos en particular. Los niños no sólo encontrarán allí un lugar donde jugar, sino que también podrán olvidar por un momento las experiencias traumáticas que tuvieron que vivir a una edad temprana. También tendrán la oportunidad de ponerse al día en sus tareas escolares y recibir una educación. Dado que el sistema educativo es uno de los principales objetivos de los ataques en la crisis anglófona, este aspecto es especialmente importante para nosotros.